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Arquitectos: OBO Estudi
- Área: 78 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Andrés Flajszer
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La familia de Carles tiene un antiguo local en el barrio barcelonés de Sants que propone transformar en una vivienda. Nos encontramos con un espacio de planta baja y altillo, encapsulado entre una calle bastante concurrida y un pequeño patio de interior de manzana. El local consta de tres crujías estructurales que sostienen el edificio de planta baja y cuatro plantas piso de principios del siglo XX: una primera con envigado de madera entre medianeras, una segundo con la estructura en el sentido largo del local y, finalmente, una salida al patio de fondo de parcela.
La operación consiste en el limpiado del espacio para aumentar al máximo el volumen disponible para el habitáculo e intentar recuperar las preexistencias aprovechables. Dada la limitación de fachadas disponibles, se modifica la puerta de acceso a la vivienda propiciando un cancel que permita ventilar e iluminar la vivienda manteniendo su privacidad desde la calle. Una caja de estructura de madera contiene el programa habitacional de la vivienda alojando un primer filtro desde la calle y generando un altillo plenamente desprogramado vinculado al espacio de estar de doble altura. Esta continuidad espacial vincula la cocina-comedor, perteneciente ya a la segunda crujía estructural, y el altillo, así como la galería de salida al patio.
La propuesta se empeña en simplificar las preexistencias limpiando las medianeras de revestimientos superfluos que evitan la capacidad de transpirar de la cerámica y, por lo tanto, el control higrométrico del ámbito. Por otra parte, se desmontan los falsos techos del antiguo local para ampliar al máximo el volumen y compensar el encapsulamiento del entorno urbano. Junto a ello, se trata el pavimento según su cota. Una primera cota de autonivelante rivaliza con una segunda cota de rasilla que también se emplea para formar los bancos y sofás de la vivienda y permitir el paso de instalaciones. Por oposición a la dureza material del espacio, la intervención se centra en una caja de madera muy bien aislada que contiene la habitación y el baño y, a través una pequeña escalera colgada de religa metálica, da acceso al altillo.
La vivienda confía en la inercia para garantizar un buen funcionamiento climático. Durante el invierno se emplea la salida al patio como galería orientada a Sur que aporta una importante captación. De la misma forma, se apuesta por aislar concienzudamente la vivienda para minimizar las pérdidas. Por otra parte, en verano, la vegetación caduca ocupa el patio y lo convierte en un espacio sombrío que permite la evacuación de calor durante las noches.
